IDEL VEXLER
El Perú es pionero en la aplicación de la evaluación cualitativa. En los años 70, comenzó a aplicarse en Educación Inicial, indicándose con check si logró el aprendizaje previsto. En los años 80, además de las calificaciones “logró” o “no logró”, se incorporó una nota para aprendizajes en proceso. Fue en el año 1995 que el Minedu, a partir de una propuesta que hicimos varios educadores, generalizó la evaluación utilizando la siguiente escala: A (logro satisfactorio), B (logro en proceso) y C (en inicio, con dificultades). El 2005 se agregó en Primaria el calificativo AD (logro destacado). Este sistema -previa capacitación e implementación sostenida- es un éxito en Inicial y está consolidándose en Primaria.
En el Currículo Nacional de Educación Básica, aprobado en el 2016, se decide con acierto extender este sistema de evaluación, tal como se aplica en Primaria, a los colegios secundarios. No obstante, el Ministerio de Educación, durante 2.5 largos años, no ha realizado un eficaz programa de capacitación a los maestros de colegios públicos para asegurar su desarrollo.
Por eso llama la atención y genera preocupación que -de un momento a otro y faltando cerca de un mes para el inicio del Año Escolar 2019- la viceministra de Gestión Pedagógica haya decidido generalizar en todos los colegios públicos y privados de Secundaria la evaluación cualitativa. Lo más grave es que ha decidido, a último momento, utilizar los siguientes calificativos: LMS (logro muy satisfactorio), antes AD; LS (logro satisfactorio), antes A; LB (logro básico), antes B; LI (logro inicial), antes C. ¿Por qué en vez de seguir utilizando la misma escala de Primaria, que ya la conocen los alumnos, maestros y padres de familia, la cambian con nuevas letras? ¿Por qué no es progresiva comenzando máximo con el primero de Secundaria y así sucesivamente? ¿Por qué no se ha capacitado oportunamente a los docentes? El ministro de Educación tiene la palabra.
05 de Febrero del 2019 - Diario Correo
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