Sugiero al Ejecutivo observar la ley que promueve el inicio prematuro de la escolaridad primaria a los niños menores de 6 años, lo que marca un franco retroceso en el tema frente al mundo desarrollado, que tiende a subirlo hacia los 7 años.
Sugiero al Ejecutivo observar la ley que promueve el inicio prematuro de la escolaridad primaria a los niños menores de 6 años, lo que marca un franco retroceso en el tema frente al mundo desarrollado, que tiende a subirlo hacia los 7 años. El Congreso debería revisar la tonelada de evidencias científicas sobre el perjuicio que su aplicación causaría a la gran mayoría de niños del Perú. Antropólogos, psicólogos, neurocientíficos y educadores sostienen la enorme importancia del juego espontáneo (no formal) en el desarrollo de los niños pequeños y el valor de un largo periodo de aprendizaje lúdico antes del inicio de la escolarización formal. La antropología y psicología sostienen que el juego es una forma de adaptación que permite a los niños convertirse en aprendices poderosos y solucionadores de problemas. Para la neurociencia, el juego conduce al crecimiento sináptico, particularmente en la corteza frontal (a cargo de las funciones intelectuales). Para la pedagogía, el juego ayuda al desarrollo temprano de las habilidades simbólicas de representación de los niños (que lleva a la alfabetización). El juego físico, constructivo y social ayuda a los niños a desarrollar sus habilidades de “autorregulación” intelectual y emocional. Por no jugar lo suficiente a temprana edad durante la segunda mitad del siglo 20 han aumentado los indicadores de estrés y problemas de salud mental de los niños. El aprendizaje formal prematuro de lectura y cálculo supone saltar etapas en el desarrollo normal de los niños que los mecaniza y afecta su posterior comprensión lectora y matemática.
23 de Diciembre del 2016 - León Trahtemberg
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