Con futuro. Los jóvenes deben aprovechar el
crecimiento de la inversión en sectores claves de la economía que requieren
personal técnico capacitado.
El viernes
último, 1.000 jóvenes se graduaban de un programa de gobierno que busca
capacitarlos en especializaciones como soldadura, instalación de gas o
maquinaria pesada que la empresa privada requiere.
Sin restarle méritos a esta capacitación
relámpago de tres meses, resulta insuficiente para contribuir a la
profesionalización de la formación técnica en el país.
En
este sentido, el sistema peruano ofrece 1.770 Centros de Educación Técnico
Productiva (CETPRO) y 952 Institutos de Educación Superior Tecnológica (IEST).
El
egresado de un CETPRO, al año de formación, puede optar por el título de
auxiliar técnico y si decide estudiar dos años obtendrá el título de técnico.
Este reconocimiento le permite convalidar sus estudios en un IEST (tres
años mínimos de formación) y con un año más de preparación logra el
título de profesional técnico.
"En los últimos años se ha producido
un crecimiento significativo de IEST, pero el 51% de las grandes empresas
manifiestan que no encuentran personal capacitado, mientras que el 48% de los
egresados universitarios sostienen que su primer empleo no coincide con lo que
estudiaron. Hay un divorcio entre la oferta educativa y la oferta de
empleo", dice Otto Frech, director general de Tecsup.
Las últimas
cifras del Censo Educativo, correspondientes al 2011, indican que ese año se
graduaron 91.276 alumnos de los IEST y otros 433.788 se capacitaron en los
CETPRO.
Los
IEST en el país brindan los siguientes grupos de carreras: Administración y
Comercio; Actividades agrarias, Actividades marítimo pesqueras; Artes gráficas;
Computación e informática; Comunicación, imagen y sonido; Construcción;
Electricidad y electrónica.
Además
de Estética personal, Hostelería y turismo; Industrias alimentarias; Mecánica y
metales; Mecánica y motores; Minería; Química; Salud; Servicios sociales y
asistenciales; Textil y confección, y Actividades deportivas.
Pilar
Saavedra Paredes, directora de Educación Superior Tecnológica y Técnico
Productiva del Ministerio de Educación, señala que "los profesionales técnicos
que se insertan laboralmente deben contribuir al mejoramiento de la
competitividad que asegure el crecimiento económico".
Los principales IEST como SENATI (11.000
egresados en el 2012) y TECSUP (3.700) comienzan a encaminar sus carreras hacia
lo solicitado por el mercado laboral.
"Actualmente hay una limitación
respecto a las posibilidades de crecimiento o continuidad académica en la
oferta educativa técnico profesional", reconoce Saavedra Paredes.
"En el modelo educativo actual un
estudiante que sigue una carrera de tres años debe empezar de nuevo una carrera
universitaria si quiere continuar su desarrollo profesional. Esto solo
beneficia a las universidades que lanzan programas con horarios especiales para
la gente que trabaja", coincide Otto Frech.
Sin embargo, que los jóvenes opten
por una carrera tecnológica o una opción ocupacional es una decisión
audaz e inteligente porque asegura inserción laboral rápida.
"Si
los jóvenes fueran más conscientes de la importancia del rol económico y social
de la educación técnica, que se convirtió en el motor del crecimiento del país,
podrían sentirse más animados en decidirse por ésta", afirma la
funcionaria del MINEDU.
CREAR VICEMINISTERIO
Una
medida importante del Estado para tratar de empoderar la formación técnica
estaría en la creación del Viceministerio de Educación Superior, que colocaría
a la educación superior tecnológica y técnico productiva en la agenda de
prioridades, como lo tiene ahora la educación básica.
"Se necesita mayor rectoría en la
educación superior para que permita avanzar en la generación de oportunidades
formativas para los jóvenes y definir los mecanismos de articulación con la
educación básica y otras instancias comprometidas con la ciencia y la
tecnología", explica Saavedra.
Lo interesante de la demanda de técnicos
es que el sector empresarial del país está cada vez más interesado en construir
una oferta formativa pertinente y de calidad.
Las
empresas deben ser aliados estratégicos para la implementación de la
tecnología, porque los centros de formación no tienen la capacidad de renovar
constantemente su equipamiento, mientras que las empresas sí pueden hacerlo,
para que los estudiantes puedan desarrollar sus prácticas profesionales.
A
criterio de Otto Frech, las empresas deberían ser actores relevantes en el
diseño de los planes curriculares de las carreras profesionales y tener
participación activa en Consejos Directivos, Comités Técnicos Consultivos u
otros mecanismos que el Estado proponga a las instituciones educativas.
Técnicos ganan mejores sueldos
Según Otto Frech
de Tecsup, a pesar de las oportunidades en la oferta y el atractivo rango de
sueldos al que puede aspirar un técnico profesional egresado –fluctúa entre
US$15.000 y US$ 25.000–, las IEST se enfrentan a un problema mayor: las
carreras técnicas de ingeniería no son atractivas para los jóvenes. El interés
por estas carreras representa menos del 30% de los postulantes a ingeniería en
las universidades.
Hace días, el director Nacional del
SENATI, Jorge Rivera, señaló que en el Perú se necesita aproximadamente 300.000
técnicos al año debido al crecimiento económico y los grandes requerimientos de
la industria, la minería, la petroquímica, la agroexportación, la construcción,
y técnicos para la industria alimentaria y la rama automotriz.
Los técnicos, se señaló, ganan mejores sueldos.
Los técnicos, se señaló, ganan mejores sueldos.
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