Se escuchan voces desde el sector privado alertando sobre la falta de técnicos en el Perú. ¿Cuál es la situación actual?
La falta de personal técnico ya es un problema en nuestro país, está
acá y tiene que ver con el fuerte motor que está siendo la minería,
actividad que está desarrollando al país.
¿Cómo así?
Porque los proveedores de la actividad minera tienen que empezar a
incorporar tecnologías que les exigen las empresas de ese sector, y
también lo tienen que hacer otras industrias, como la de alimentos, para
satisfacer las necesidades de un consumidor como el peruano cuyos
ingresos están subiendo por el crecimiento.
Todo ello trae la necesidad de un tipo de profesional técnico mejor
calificado y en mayor cantidad. Es ahí donde surge la brecha entre
demanda y oferta de técnicos en nuestro país.
Existe la creencia de que este es un problema focalizado en algunos sectores .
¿Es así?
No, todos los sectores industriales están necesitando personal técnico
calificado en todos los niveles, desde operarios, mandos intermedios e
ingenieros, debido a que las empresas están incorporando nuevas
tecnologías, las cuales ya no se aprenden empíricamente.
¿En qué sector se siente más la escasez de técnicos?
En el sector minero porque está creciendo muy rápido y por la alta tecnología que incorpora.
Sabemos que está demandando unos 50 mil nuevos puestos de trabajo en
los próximos 10 años, empleados con formación técnica altamente
calificada, desde operadores hasta ingenieros. Le sigue el sector
construcción, que cada vez demanda nuevas tecnologías y tipos de
profesionales. La industria alimenticia, el sector pesca, el textil. En
las empresas de servicios, por ejemplo para automóviles, que crecen por
el crecimiento de los ingresos, también se siente esa escasez.
Antes lo técnico estaba muy asociado al trabajo manual. ¿Qué abarca hoy lo técnico?
Lo técnico tiene obviamente un componente manual, pero ha evolucionado
mucho. Por ejemplo, hoy la evaluación del estado de un automóvil se hace
con escáner electrónico y el técnico es aquel que interpreta la
información que obtiene de ese tipo de instrumentos sofisticados, ya no
tiene que desarmar todo para hacer su diagnóstico.
¿Cómo está respondiendo la oferta a la creciente demanda de técnicos en el país?
Instituciones especializadas como Tecsup estamos implementando una serie de programas para cubrir las diferentes brechas.
Por ejemplo, este año estamos proponiendo tres carreras nuevas, pero
también estamos creando centros de capacitación y entrenamiento en polos
de desarrollo minero. Asimismo, tenemos un programa de reconversión de
profesionales. Existen muchos ingenieros de sistemas o industriales que
no son los que necesariamente necesita el mercado laboral actual y por
ello ofrecemos programas de especialización.
¿En qué provincias están?
Tecsup tiene tres sedes (Lima, Arequipa y Trujillo), pero con las sedes
descentralizadas atendemos focos importantes como Chiclayo, Cajamarca,
Tarapoto, y otros donde se requiera.
¿Que indicadores reflejan el déficit de técnicos en el país?
Tenemos dos indicadores que nos dicen que la oferta de técnicos no es
suficiente: por cada uno de nuestros egresados hay diez solicitudes de
empleo, es decir, tiene diez ofertas laborales, cifra que nos indica la
enorme necesidad de técnicos calificados.
Y algo similar debe estar pasando en otras entidades como Tecsup. El
otro indicador es el nivel de empleo: el 96% de nuestros egresados
trabaja en la especialidad para la cual estudió. Es decir, prácticamente
todos están empleados.
¿Y son buenos sus salarios?
Ese es el tercer indicador (de la insuficiencia de técnicos). Hoy en
día un egresado de Tecsup puede estar ganando entre US$ 15,000 y US$
25,000 al año, dependiendo de la especialidad, y la alta demanda está
presionando al alza esos salarios.
Eso debe atraer a muchos jóvenes hacia este tipo de carreras técnicas…
Diría que no tanto. El Perú enfrenta dos graves problemas. Uno es que
cada vez hay menos interesados en estudiar ciencia y tecnología (son más
usuarios de la tecnología, pero no tienen vocación para ella). Otro
problema es el paradigma de nuestra sociedad: si uno no pasa por la
universidad no es exitoso. Y eso es un problema porque las universidades
que se han creado en el país en los últimos años enseñan carreras que
no tienen que ver con ciencia y tecnología.
No hay incentivos para que se creen universidades e institutos
orientados a la ciencia y tecnología, y sin ello, la sociedad no está
cambiando.
¿Y la oferta de técnicos está respondiendo a la demanda?
Según unas estadísticas del Ministerio de Educación, en el 2011
egresaron 90,000 profesionales técnicos en el país, de los cuales solo
7% son carreras vinculadas a ciencia y tecnología, pero el problema
radica en que hay un déficit entre lo que demandan las empresas y lo que
da la oferta.
¿Qué piden las empresas?
Primero, reclaman los componentes técnicos y tecnológicos. Y la mayoría
de las instituciones que forman técnicos tienen tecnología antigua, por
lo que necesitan una gran inversión para modernizar ese aspecto.
Segundo, las empresas reclaman componentes de gestión.
¿A qué se refiere esto último?
Los jóvenes carecen de una serie de competencias que la industria y la
demanda laboral necesitan como el trabajo en equipo, comunicación
asertiva, manejo de relaciones interpersonales, liderazgo y toma de
decisiones. Estas competencias nos las traen los jóvenes de la educación
secundaria, ni se desarrollan en la educación superior.
¿Qué se necesitaría para que la oferta de técnicos en el país responda a la demanda de las empresas?
Hay varios frentes en los que se debe trabajar. Uno es a nivel del
Ministerio de Educación: entidades que han comprobado ser eficientes y
exitosas, como Tecsup, deberían servir de referencia en el país y
deberían tener más facilidades para seguir atendiendo las necesidades de
técnicos del país.
¿Qué facilidades especificas reclaman?
Que se agilicen los trámites para crear nuevas carreras técnicas, por
ejemplo, ya que actualmente puede tomar en el Ministerio de Educación
entre uno y dos años para su aprobación, debido a los trámites y
procedimientos que se siguen.
¿Y cómo se lograría agilizar ese procedimiento?
El Ministerio de Educación no tendría que auditar todo el procedimiento
de entidades exitosas como la nuestra para aprobar una nueva carrera
técnica, sino dejar que se lancen las carreras y posteriormente evaluar,
auditar los resultados.
El ministerio debe decirnos qué hacer (las carreras tienen que estar
habilitadas y que como mínimo se tenga un 90% de empleabilidad de los
egresados, por ejemplo), pero no el cómo (cambiar de modelo cuando el
nuevo ni siquiera se ha probado si funciona, con lo cual lo encarecen
porque debemos invertir para adecuarnos al nuevo marco legal).
¿Qué otra propuesta puede hacerse para mejorar la educación técnica?
Otro frente está por el lado del Ministerio de Trabajo, en el tema de
la reconversión. Es decir, profesionales de otras carreras que con un
programa de especialización de 300 horas puedan incorporarse al mercado
laboral. Pero este tipo de programas también enfrenta problemas en
algunos sectores.
¿Cuáles son esos problemas?
Por ejemplo, en minería si alguien no es ingeniero de minas no puede
tener ciertos roles; si no es un ingeniero titulado no puede ser
supervisor o superintendente cuando las competencias de supervisión no
tienen que ver con la formación. Lo único que está haciendo este marco
legal es asegurar el trabajo de un tipo de profesional que incluso puede
haber salido de una universidad de mala calidad.
Se remarca la importancia de la promoción de las carreras técnicas de calidad. ¿Qué se requiere en este caso?
En este aspecto habría que redireccionar los esfuerzos de programas
como, por ejemplo, Beca 18, hacia profesiones y especialidades de tipo
técnico. Beca 18 es una buena iniciativa porque está enfocada en ciencia
y tecnología, pero tiene el problema que sigue apoyando carreras de
ingenieros de sistemas o ingenieros industriales, cuya oferta ya es muy
alta en el país, cuando faltan ingenieros de minas, ingenieros civiles,
geólogos, o profesionales de mantenimiento.
Si las cosas siguen como están, ¿en cuánto tiempo estima que tendremos un cuello de botella por la escasez de técnicos?
Hoy ya tenemos un cuello de botella. En el sector minero hay mucha
rotación de profesionales, de proyecto en proyecto; y las empresas
industriales están sufriendo porque el sector minero se está ‘jalando’ a
sus profesionales. En la cadena, los sectores de alimentos, gas, pesca,
agroindustrial, donde los niveles de salario no son todavía comparables
con los del sector minero, también están empezando a perder a sus
profesionales.
“Debe haber un solo marco legal para educación técnica y universitaria”
¿Cuáles son las principales limitantes para las carreras técnicas?
Uno es la inversión, que es alta. Una entidad como Tecsup requiere una
inversión de unos US$ 10 millones porque no solo se necesita el campus,
sino equipos y tecnología que hay que renovar continuamente. Y si no hay
suficientes alumnos es difícil desarrollarse en todo el país.
¿Y por qué no hay suficientes alumnos?
Porque no hay suficientes incentivos para que los jóvenes dejen de
preferir universidades y carreras que no tienen futuro y elijan carreras
de ingeniería técnica. El Estado tiene que ayudar a promover el estudio
de los jóvenes en este tipo de carreras técnicas.
No ha mencionado incentivos tributarios. ¿No son necesarios?
Opino que no, ofrecemos una educación de calidad, ya tenemos un modelo
exitoso. Los alumnos no tienen que pagar cuando estudian sino en el
momento en que comienzan a trabajar. El 40% de los egresados paga sus
pensiones cuando empieza a trabajar; tenemos 2% de morosidad, es decir,
todos pagan, y eso es porque tienen éxito. Lo que necesitamos es un
cambio de paradigma.
¿Cómo?
El Gobierno debería crear un solo marco legal de educación superior
(hoy hay superior universitaria y no universitaria), la cual debe ser
modular: una carrera de tres años que permita salir al mercado laboral y
luego retornar para completar dos años y tener el mismo título que una
carrera universitaria (hoy si un profesional técnico quiere un título
universitario tiene que empezar de nuevo). Lo otro es la promoción de
este tipo de educación.
EN CORTO
Retorno. Un indicador del retorno de la inversión que hace el estado en
la educación superior universitaria, actividad que a diferencia de la
educación técnica es promovida con exoneraciones tributarias (IGV, IR),
sería que (a través de la Sunat) se identifique a los egresados de las
universidades y, mediante un cruce de información se cuantifique cuánto
aporta cada uno en impuestos al estado, sugiere Frech. Lo ideal sería
que además paguen el costo de su formación cuando trabajen.
HOJA DE VIDA
Nacionalidad: peruana.
Profesión: ingeniero mecánico por la Pontificia Universidad Católica
del Perú. Posgrado: Magíster ESAN; Gerencia Estratégica en el IE (
España). Más de 25 años de experiencia en diversas áreas y sectores.
CIFRAS Y DATOS
Más de mil. Según la información del Ministerio de Educación, en el
Perú existen 1,095 institutos de estudios superiores tecnológicos
(IEST).
No funcionan. De este total, 235 no funcionan. Solo en Lima hay 390 IEST, de los cuales 174 no funcionan
Universidades. En nuestro país hay 119 universidades en total, de las
cuales 48 solo tienen autorización provisional de funcionamiento y 19
obtuvieron la autorización definitiva solo recién el 2001.
Encuesta. El Ministerio de Trabajo está haciendo una encuesta en el sector industrial para cuantificar su demanda de técnicos.
Fuente: Gestion
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