El programa Transiciones Exitosas llegó a Itagüí para apoyar a los niños en su tránsito desde la casa a los diferentes niveles educativos durante sus primeros años de vida, para que vivan inexperiencias positivas e inolvidables.
Algunos padres e incluso maestros sienten que cuando los niños juegan y no está en casa haciendo tareas, pierden el tiempo. Les gusta verlos con cuadernos y lecciones hechas. Sin embargo, es la lúdica la herramienta más poderosa para su aprendizaje. “El juego le permite al niño socializar con el entorno, desarrollar habilidades como la observación; así como memoria, concentración, habilidades sociales; adquiere normas, respeta el punto de vista de otros. A nivel motriz desarrolla equilibrio, postura”, explica Lina Paniagua docente de la institución Marceliana Saldarriaga, en Itagüí.
Por eso, cuando llegó el programa de Transiciones Exitosas de Bancolombia a este colegio en Itagüí, los profesores desempolvaron sus ‘juguetes’ y se entregaron a las actividades lúdicas con los niños. “Nunca en mis 12 años como docente en una institución nos habíamos preparado para apoyar y acompañar a los niños en su proceso de transición de la casa a un hogar infantil o de preescolar a primaria. El proyecto nos ayudó a prestarle mayor atención a las necesidades particulares de la infancia y saber que como institución debemos estar preparados para acoger al niño”, dice Lina sobre el proyecto en general, que, teniendo a la lúdica como uno de sus componentes, se enfoca en atender los momentos críticos de las transiciones de los niños, especialmente del hogar al Centro de Desarrollo Infantil, CDI, y de este a transición; así como de transición a primaria.
¿Qué son Transiciones Exitosas?
Es un programa de Bancolombia que promueve un modelo en el que tanto niños como docentes van creando un proceso para el paso de una institución a otra en sus primeros años, que les permite adaptarse a los nuevos espacios sin traumatismos, acompañados por sus maestros y padres. El programa se enfoca en la adecuación y disposición de los entornos y espacios físicos, para ejecutar acciones pedagógicas que durante el proceso potencien el desarrollo de los niños y que sean unas experiencias significativas en su vida.
Lina explica que “el proceso antes era traumático porque cuando los niños dejan su casa o su curso con los compañeros y la maestra para pasar a un espacio desconocido manifestaban angustia y se quedan aferrados a su casa; así vinieran ya escolarizados, el cambio es duro, porque tienen un colegio grande, una profesora y niños que no han visto”.
Entonces, tanto en Sincelejo, Cartagena, Cundinamarca o Itagüí donde funciona Transiciones Exitosas, se realizan acciones de acogida. Por ejemplo, se invita a los niños con sus padres a los colegios donde estarán el nuevo año. Se les hace una celebración de recibimiento con juegos y actividades de familiarización con los maestros y compañeros. Trabajo conjunto con los padres y encuentros semipersonalizados con niños y padres para acompañar este tránsito. Así, cuando comienzan clases al año siguiente, ya no hay una expectativa que genere angustia.
Pero no solo se habla de conocer un nuevo lugar. Jennyfer Naranjo, profesional de AlinaConsultorías S.A.S., firma operadora del programa, dice que también se trabaja en el mejoramiento del plan curricular, en la transformación de ambientes de aprendizaje. “También se incluye al plan de alimentación escolar, comité de emergencia. Se ha hecho seguimiento al plan con evaluaciones donde tomamos acciones correctivas, preventivas y de mejora. Se compraron materiales propicios para el desarrollo de las actividades; se involucraron profesores de transición y primero. El programa también contempla la adaptación de ambientes seguros, rutas de atención en caso de vulneración de derechos o brotes de enfermedades prevalentes de primera infancia”.
El programa ha mostrado que los niños disfrutan de sus clases, les gusta ir a estudiar; están más dispuestos a las actividades en las aulas y con menos ausentismo. Desde su comienzo en el 2013 se ha beneficiado directamente a 773 agentes educativos y a 4916 niños.