El 03 de octubre de 2011 el gobierno de Ollanta Humala tuvo uno de sus primeros cuestionamientos al nombrar a la ginecóloga Cristina Velita de Laboureix como embajadora de nuestro país en Francia.
El nombramiento no solo fue criticado por la falta de credenciales profesionales de Velita, relacionadas a la carrera diplomática, sino que además tenía una relación cercana con la pareja presidencial.
En ese momento se supo que Velita laboraba en la embajada peruana en Francia y que conoció al presidente Humala cuando éste se desempeñaba como agregado militar en París.
Tres años y cinco meses después, el gobierno decidió dejar sin efecto su permanencia en París al dar por concluidas sus funciones. Mediante resolución suprema, rubricada por el presidente Ollanta Humala y el canciller Gonzalo Gutiérrez, se le da las gracias por “los valiosos servicios prestados a la nación” y cancela “las cartas credenciales y poderes otorgados” a Cristina Velita.
En su reemplazo la cancillería designó a Ana María Liliana Sánchez Vargas de Ríos como titular de la delegación peruana en Francia. Sánchez Vargas es embajadora en el Servicio Diplomático.
En el año 2012 la flamante representante peruana en París fue ascendida a embajadora junta a cuatro mujeres más por el entonces canciller Rafael Roncagliolo.
DEFENDIENDO A VELITA
Cuando fue designada Cristina Velita, fue defendida por el entonces canciller Rafael Roncagliolo quien aseguró que se tomó la decisión por “las muy buenas relaciones (que tenía Velita) con el mundo político de dicho país”.
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