martes, 23 de septiembre de 2014

Cómo estudiar de noche y no morir en el intento


      Muchos estu­diantes pre­fieren repa­sar sus clases en la noche e incluso en la madrugada, debido a que consideran que ten­drán mayor concentra­ción, en algunos casos; o por el largo trajinar del trabajo en la mañana, en otros. Para esto, es nece­sario tener en cuenta al­gunos detalles.

      En primer lugar, hay que crear una rutina de estu­dio, fijando un horario es­pecífico para ello, de ma­nera que el cuerpo y la mente se acostumbren. Luego, hay que elegir un lugar adecuado. Hay que hacerlo en la mesa y no en la cama; de lo contra­rio terminarás abrazado a tu libro. La iluminación también debe ser la ade­cuada, porque los ojos se cansan más rápido cuan­do solo hay luz sobre el objeto de estudio, y toda la sala está a oscuras.

      El estudio no debe ser motivo de martirio: hay que hacerse amigo del cur­so que uno estudia. Una ayuda puede ser escuchar música a bajo volumen o tomando alguna bebida que te guste. En ocasiones puedes hacerlo con ami­gos que también elijan la noche para estudiar. Pue­den hacerlo online. Y final­mente: muévete. Mucho rato quieto puede gene­rarte sueño. Lee en voz alta, cambia de postu­ra o da paseos cortos. Si­guiendo todos estos con­sejos tendrás una jornada noctámbula y productiva de estudio

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