La idea de escribir una continuación de
Don Quijote podría parecer disparatada a primera vista. Pero algo así es
lo que hizo el escritor español Andrés Trapiello (León, 1953) hace 10
años con “Al morir don Quijote”. Muerto don Quijote imaginó el destino
de Sancho y de otros personajes secundarios de la obra de Cervantes. Con
la obra se hizo con el Prix Littéraire Européen y hasta ahora no para
de venderse.
Ahora, diez años después, Trapiello
vuelve a la carga con “El final de Sancho Panza y otras suertes”
(Planeta, Destino). ¿Novedades? Los personajes han cruzado el charco:
Sancho Panza y compañía hacen las Américas. Para analizar las claves de
tamaña aventura, Trapiello ha conversado con la prensa.
Una advertencia personal antes de
arrancar. De pequeño me obligaron a leer ‘El Quijote’ en el colegio.
Entero, dos veces, en alto, un párrafo por niño. Tardamos varios meses
en acabarlo. Resumiendo: le tengo bastante manía al libro desde
entonces. ¿Tengo motivos para estar traumatizado?
LENGUA MUERTA
Nos obligan a hacer un enorme
esfuerzo para entender una lengua muerta. Así que es lógico que la gente
acabe detestando ‘El Quijote’.
Yo no soy partidario de seguir
estudiándolo en los colegios. Me parece un disparate. Y hasta en los
institutos. A los españoles se les obliga leer El Quijote en una lengua
que no comprenden: barroca, difícil. Ni un 1% de la población
hispanohablante puede leerlo sin una edición anotada.
Por el contrario, los lectores alemanes,
italianos o franceses, sí pueden hacerlo: leen ediciones vivas, porque
cada veinte o treinta años hay una nueva traducción contemporánea. Es
una novela viva y actual… menos en España. Nos obligan a hacer un enorme
esfuerzo para entender una lengua muerta. Así que es lógico que la
gente lo acabe detestando. Unos, como es su caso, debido a su
terrorífica experiencia infantil, terror que quizás permanezca el resto
de tu vida.
¿Por qué España no adapta ‘El Quijote’ a una lengua viva? ¿Nos da miedo alterar el texto sagrado?
Seguramente. Eso es.
NOVELA CÓMICA
¿Es ‘Don Quijote’ una novela
cómica? ¿No es extraño que siendo el libro fundacional de nuestra
literatura su tradición cómica sea ahora marginal?
Manuel Azaña dijo que era la biblia de
lo español, el libro que resume todas las virtudes y defectos del
pueblo. El Quijote empieza siendo una novela cómica, y así fue recibida.
No obstante, durante el Romanticismo se dieron cuenta de que era algo
más que eso. Que en sus intersticios había muchas alusiones a cosas muy
serias. Que Cervantes habíahecho algo parecido a lo que dijo una vez
Emily Dickinson: di todo la verdad, pero sesgada.
Que la novela era, como diría luego
Azaña, la biblia de lo español, el libro que resume todas las virtudes y
defectos del pueblo español. Todo narrado de una manera muy elegante,
muy fina, muy británica, de ahí que Inglaterra lo hiciera suyo
rápidamente. En España, que es un país moralmente estricto, se tiende a
ver el humor como una debilidad, lo importantenunca puede ser algo
humorístico, lo que es un error. El humor es una parte fundamental de
nuestras vidas.
¿Hemos relegado a Cervantes por ser excesivamente gracioso?
En España hay dos tradiciones
humorísticas diferentes. El humor de Cervantes, solidario con el débil. Y
el de Quevedo, que no lo es. La literatura cervantina es compasiva,
misericordiosa, trata de ver el sustrato de bondad de los seres humanos.
Cuando uno lee a Quevedo se cree peor de lo que es por su manera de
ahondar en los bajos instintos. Cervantes idealiza y Quevedo
caricaturiza.
Alguna vez ha dicho que la “mirada limpia” de Cervantes es muy poco española…
Se dice que este es un país cervantino,
pero no, es más bien un país quevediano. La mirada limpia de Cervantes
es minoritaria. Cervantes está siempre en minoría. Si Cervantes viviera
hoy, el primer premio Cervantes se lo darían a Lope de Vega o a Quevedo.
Este país no reconoce a Cervantes porque es ingenuo y limpio.
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